miércoles, 2 de noviembre de 2011

La figura del profesor.


Comenzaré con una pregunta que muchos se hacen, ¿cómo debe ser un buen profesor? Intentando contestar a esta pregunta no puedo evitar  hacerme otras...¿Qué es lo que hace que un profesor sea bueno?¿El índice de aprobados?¿El aprecio de sus alumnos?¿El saber despertar interés en el alumno?¿Conseguir que éste entienda lo que se le está explicando?¿El acatar lo estipulado por las correspondientes entidades al cargo de la educación?¿Qué características ha de tener un profesor para ser considerado como uno bueno y competente?
Creo que algunas de esas características podrían ser la psicología, la ilusión por enseñar, profesionalidad, empatía, capacidad de comunicación, el aprecio por las habilidades de cada uno de sus alumnos, y la intuición. Un profesor ha de ser capaz de guiar a sus alumnos, de contagiarles su ilusión, poseer la capacidad creativa de idear, elegir, programar la manera de impartir la asignatura de manera que los alumnos adquieran los conocimientos y superen la evaluación, superando las metas propuestas. Sin olvidar nunca la individualidad del alumno, aunque también se busque como fin el crear un grupo compacto e integrado que sepa trabajar conjuntamente.
Al fin y al cabo, un buen profesor es aquel, que sabiendo el poder que tiene en sus manos, es capaz de sacar lo mejor de sus discípulos, aportando a sus vidas curiosidad por saber, aparte del conocimiento en sí mismo de la materia; desarrollo a su capacidad de crítica y propio pensamiento, en lugar de inculcar las propias ideologías o éticas; proporcionarles una educación, sin buscar con ello que sigan normas ni morales impuestas e incomprendidas... Un buen profesor es aquel que consigue lo más difícil de todo: guiar a un niño en su camino de convertirse en adulto.

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